Desde la Antigüedad el yoga y otras disciplinas espirituales, consideran a los sentidos como instrumentos que nos llevan hacia afuera, que crean apegos, que estimulan deseos y que potencian el yo, perturbando de esta manera nuestra atención para relajarnos, concentrarnos, y meditar. Por eso es indispensable reducir su actividad externa para movernos mejor en el mundo interior.
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Pratyahara expresa la retirada de los sentidos o la aproximación a la estabilidad.
Según Asthanga Yoga de Patanjali, Pratyahara es el escalón previo a Dharana (concentración) y el posterior escalón de Pranayama (expansión de la fuerza de vida) Pratyahara es el escalón divisorio de un antes y un después, gracias a Pratyahara las estructuras mentales inicían un proceso de cambio. La plena atención es como una flecha de dos sentidos, fuera y dentro. Para acceder al mundo interior tiene que producirse un control de la atención, fijándola en algún elemento, cuando este control de la atención es mantenido, surgirá automáticamente la desconexión de la atención con los sentidos. Este cambio es lo que llamamos Pratyahara. Pratyahara es la capacidad de concentración que nos conduce a retirarnos de los estímulos externos, activos y cambiantes, para adentrarnos a ese espacio estable que reside en nosotros. Puedo decir que la atención y los sentidos, junto con las sensaciones y percepciones, participan de un acto común. Para llegar al estado de meditación uno de los pasos prévios es Pratyahara. Puedo incluso indicar que la mayoría de las técnicas meditativas son técnicas de Pratyahara, que posteriormente se desencadenan hacia Dharana y Dhyana. |
Pratyahara hace posible:
Aunque quizá la mayor aportación del pratyahara al yoga sea la preparación para la verdadera meditación.
- mantener una prolongada y correcta concentración
- lograr la conciencia-testigo
- alcanzar la relajación profunda o yoga nidra.
Aunque quizá la mayor aportación del pratyahara al yoga sea la preparación para la verdadera meditación.