“La atención no es una cosa fácil. Nadie sabe muy bien lo que es. Un motivo es porque existe atención involuntaria e intencional(...) Si no podemos controlar nuestra atención, ocurrirá todo de forma casual, sin ninguna intención por nuestra parte" John G.Bennett |
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Observarse a uno mismo implica prestar atención a todo lo que uno piensa, siente, dice; a la manera como uno habla, calla, gesticula; a la forma como uno bebe, se queda de pie, se sienta, come, descansa, en definitiva, se mueve.
Gurdjieff comenta que existen siete condiciones indispensables para una observación correcta y aprovechable:
En la observación perfecta de uno mismo, uno se vuelve consciente del hecho de que «tengo un cuerpo» y también de que «este cuerpo no soy yo». Tal observación de uno mismo comprende la completa consciencia de todos los pensamientos y emociones y de todas las reacciones del cuerpo que los acompaña, es decir, actitud, gestos, movimientos, expresiones de la vista, tono de la voz, etc. Los sentidos deben despertarse y han de participar: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, incluso la consciencia de las sensaciones de temperatura, cambios de color, presiones sentidas, presencia de secreciones, así como la consciencia del ritmo y de la profundidad de la respiración, y la amplitud y frecuencia de los latidos del corazón y del pulso. (extracto obtenido de Nora Sabater) |